sábado, 18 de septiembre de 2010

volver a empezar (a pesar de la impolítica)

  • Será un problema de optimismo que quizá debiera reconsiderar pero no puedo evitar ilusionarme cada vez que se aproximan unas elecciones. Creo firmemente en la democracia y, sobre todo, creo en la capacidad de la “gente”, entre la que me incluyo felizmente, para decidir por sí misma aquello que más favorece a lo colectivo. Córdoba, además, procura esa escala de proximidad casi total a la política que de algún modo te hace sentir ciudadana de, aquí otro “casi”, pleno derecho. Aún me emociono cuando recuerdo a una novísima concejala delegada de nuestro ayuntamiento que en junio de 2007, en la presentación de Eutopía precisamente, me tomaba las dos manos justo después de intercambiar nuestros teléfonos y me susurraba haciéndome ojitos: “¡Tú nos vas a ayudar a cambiar Córdoba!”. Sí, sigo siendo demasiado optimista porque leído así, a casi cuatro años vista, suena realmente a eslogan publicitario pero, qué quieren, yo me lo creí y, es más, estoy segura de que volvería a creerlo hoy mismo. Es esta capacidad de la política, en tanto que politikós, para la renovación de la ilusión lo que quisiera reivindicar aquí.
  • En estos días estamos viviendo cambios en los cuadros de algún partido político y la confirmación de otros. La principal preocupación de todos ellos parece ser la más que posible elevada abstención que se producirá en las próximas elecciones municipales, ya previstas para el primer domingo de Feria de 2011. La abstención denota falta de ilusión y falta de confianza. Refleja la incapacidad de la política para comunicarse más allá de sí misma, identificada con el poder orgánico de los partidos ésta se torna “impolítica” y muestra entonces sus limitaciones reales para encarnar valores éticos como el bien o la justicia. De ahí la abstención, de ahí la des-ilusión.
  • “Acuerdo rápido” y “forma pacífica” para aprobar las modificaciones del plan especial que afecta a las naves construidas sin licencia municipal a partir de lo que fue Colecor no son sino diabólicos eufemismos, semillas transgénicas, que aportan muy poco a esta ilusión por la que abogo y que debería florecer la próxima primavera. Se trata de un claro ejemplo de la impolítica que tanto afecta a nuestro natural optimismo. Es difícil comprender la sintonía de los tres partidos con representación municipal para legalizar lo ilegal, lo que ha transgredido la norma y ha superado la condición de “supuesto” delito dado que está juzgado y condenado a pagar una cuantiosa multa que se verá en un limbo legal si la Gerencia de Urbanismo logra sacar adelante, posiblemente incurriendo en prevaricación, este plan especial de la carretera de Palma. Cuando escuchamos hablar de “urbanismo razonable” no pensamos que se refieran a este tipo de actuaciones pero son las actuaciones que quedan gravemente grabadas en nuestras retinas. Qué se puede esperar entonces, desde la ilusión, desde la confianza. Es sencillo: del PSOE, coherencia; de IU, humildad y del PP, sentido común. Por supuesto no son esperanzas exclusivas o excluyentes, pueden combinarlas y aglutinarlas.
  • Llegará entonces la primavera y las promesas florecerán. Volveremos a ilusionarnos. Con unos y/o con otros, incluso con esa llamada al urbanismo razonable que bien mirado no suena nada mal. Cada cuatro años se nos permite soñar así que de nuevo haremos nuestra aquella pintada bonaerense que en los peores momentos del corralito imploraba: basta ya de realidades, queremos una promesa.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Abrazar los árboles (y la tierra que los sustenta)

Córdoba sufre en este tórrido fin de agosto de 2010 diferentes iniciativas de su ayuntamiento (gobernado en coalición por IU y PSOE) para hacer desaparecer árboles de sus calles y parques a pesar de una resistencia ciudadana que retorna poco a poco de sus vacaciones.

Ahora que el cambio climático es una realidad de la que incluso las páginas de economía de los grandes diarios se hacen constante eco, nuestras sombras parecen tener los días contados. Como tantas otras cosas sin valor mercantil aparente o como los iceberg que derriten con agua cálida los barcos de las petroleras que inician en estos días la conquista de las reservas de crudo de Groenlandia. El “oro ártico” nubla la vista de un gobierno que parece incapaz de poner en valor la “inutilidad” del frágil paisaje que habitan ballenas azules, osos polares, focas y aves migratorias. Cada uno en la medida de sus posibilidades, gobiernos nacionales o municipales, colaboran con el despropósito de generar espacios inhabitables, intransitables, “no lugares” en los que la vida, el paseo, las emociones, olores o murmullos se hacen impensables. Pues qué si no significa una calle sin sombra en Córdoba. Las sombras de los árboles significan vida, vida en la calle, vida social, vida-vida.

El movimiento Chipko se inició a finales del siglo XVII liderado por una mujer llamada Amrita Devi. Más de trescientas personas de la comunidad Bishnoi en Rajasthan sacrificaron su vidas para salvar los árboles sagrados khejri abrazándose a ellos. En los años cuarenta del pasado siglo Mira Behn, una aventajada discípula de Gandhi preocupada por la ecología de los Himalayas de Garhwal, identificó que las consecuencias catastróficas de las inundaciones se debían a la sustitución de los frondosos bosques mixtos, banj, de robles (Quercus incana) y almeces (Celtis australis) por pinos con gran valor comercial y lucrativo y escaso valor ecológico. Las mujeres de la zona pronto cayeron en la cuenta de que las plantaciones de pinos no cumplían las funciones ecológicas ni económicas de los banj. Y fueron las mujeres en primer lugar porque desapareció la leña con la que poder cocinar, despareció el bosque como materia prima de alimentos silvestres y comenzó a escasear el agua potable. La economía pasaría a depender únicamente de la explotación de los pinos en aserraderos y fábricas de tratamiento de resina, donde se ocuparían los hombres pero desaparecería la vida basada en una actividad sostenible basada en la conservación de los bosques. Entonces renació Chipko. En marzo de 1973, trescientos árboles iban a ser talados para un fabricante de aparatos deportivos; cuando la población de Mandal se enteró acudieron al bosque tocando tambores. Declararon que se abrazarían a los árboles para impedir que los derribaran. Los taladores se desplazaron a otro lugar y con ellos los tambores y canciones Chipko, hasta hoy.

Este bosque es nuestra madre. Cuando falta comida venimos aquí a recoger hierbas y frutas para alimentar a nuestros hijos. Encontramos plantas y recogemos hongos en este bosque. Ustedes no pueden tocar estos árboles.

(Lema de las mujeres Chipko que protegieron el bosque de Remi)

La pasada semana los vecinos de la calle Marquesa de Valdeiglesias iniciaron un simbólico abrazo a los árboles que iban a ser talados por una empresa municipal, pocos días después esta misma empresa reconoció que alguno de ellos podría “salvarse” si se rehacía el proyecto. Es decir, si se empleaba un poco de sentido común en vez de aplicar la comodísima, y empleadísima, tabla rasa.

Tendremos que vestirnos el sari rosa y salir a abrazar los árboles y la tierra que los sustenta en Córdoba. Uno a uno. Hoy mismo podríamos empezar. En el Parque Cruz Conde se oyen tambores que anuncian que ya han comenzado a caer: Abraza nuestros árboles, sálvalos de su caída.

domingo, 14 de marzo de 2010

Järva_Estocolmo

  • Järva fue construido sobre unos terrenos militares ubicados al Noroeste de Estocolmo dentro del programa denominado "un millón de viviendas" que el gobierno sueco aprobó en 1965. En 1975 estaban construidas 1.005.614 de las que Järva representa un 25%. Cuando el municipio de Estocolmo asumió las competencias sobre vivienda se inició un gran programa de renovación integral del área. El programa persigue, fundamentalmente, potenciar el arraigamiento de sus habitantes al barrio mediante la integración de usos en el espacio y en el tiempo, potenciando las ventajas del barrio, estudiando los defectos y estableciendo soluciones de acuerdo con la ciudadanía, en un 80% inmigrantes, o refugiados políticos, procedentes de Somalia, Irak, Chile…
  • Para Magnus Andersson, responsable del proyecto, los dos problemas fundamentales del área son la segregación de usos de las vías de circulación de vehículos y personas, que provoca una gran inseguridad y elevado número de puntos “muertos” (lugares que nadie pisa y/o lugares que nadie ve) en el paisaje urbano y la separación radical entre hogar y trabajo, que genera la necesidad de desplazarse y limita la relaciones de las personas con su barrio.
  • “Vision Järva 2030” no es un proyecto cerrado, fluye en función de las necesidades y la asignación presupuestaria pero Andersson, un “Urban Planner” formado como economista (añadiría un economista social o, quizá, simplemente, un economista sueco) se muestra tan entusiasta como firme en las determinaciones y compromisos acordados en el City Hall de Estocolmo (sede del gobierno local) conseguir, para 2030,
  • - Mejorar las condiciones de las viviendas en cuanto a accesibilidad y eficiencia energética.
  • - Mayor diversidad paisajística entre los diferentes entornos urbanos que conforman Järva.
  • - Ofrecer Seguridad y Confianza en las posibilidades del barrio todos los días.
  • - Mejorar la Educación y la enseñanza de Idiomas para favorecer la comunicación.
  • - Más trabajo y empresas ubicadas en el área.
  • Han conseguido conectar los seis distritos mediante líneas de transporte público y con instalaciones deportivas comunes atractivas y activas. Promueven las prácticas empresariales de estudiantes del barrio en las grandes empresas multinacionales que ya han conseguido que se instalen allí y trabajan por relacionar, mediante un gran espacio público conformado por un Mall comercial y una gran Biblioteca pública (una por distrito) a las personas que trabajan en estas empresas con la población.
  • Mix and match!, que diría Jane Jacobs, a quien Andersson considera su maestra. Toda una lección de sentido común.

lunes, 11 de enero de 2010

de blog en blog_decir paisaje

Una crónica de lo trabajado en la Conferencia Internacional de la Alianza de Paisajes Culturales Patrimonio Mundial, celebrada en Granada los pasados 25 y 26 de noviembre de 2009. Publicada en ARS OPERANDI.
[mirando hacia Granada desde el Generalife, jardines y huertas en funcionamiento!]

viernes, 8 de enero de 2010

soy feminista

"Soy feminista porque creo que hoy en día el feminismo representa uno de los últimos humanismos en esta tierra desolada y porque he apostado por un mundo mixto hecho de hombres y mujeres que no tienen la misma manera de habitar el mundo, de interpretarlo y de actuar sobre él. .

Soy feminista porque me gusta provocar debates desde donde puedo hacerlo. Soy feminista para mover ideas y poner a circular conceptos; para deconstruir viejos discursos y narrativas, para desmontar mitos y estereotipos, derrumbar roles prescritos e imaginarios prestados.

Soy feminista para defender también a los “sujetos inesperados” y a su reconocimiento como objetos de derecho..."

Florence Thomas Coordinadora del grupo Mujer y Sociedad Facultad de Ciencias Humanas Universidad Nacional de Colombia

ARTÍCULO COMPLETO AQUÍ

lunes, 4 de enero de 2010

de blog en blog_cerebros en una cubeta

Centésima entrada en el blog del Área de Filosofía Moral de la Universidad de Córdoba: el cerebro y su genio maligno

miércoles, 23 de diciembre de 2009

¿Quién teme a la sociedad civil?

  • ¿Quién teme a la sostenibilidad? ¿Quién teme a la participación de una sociedad civil informada, en la vida política local y global? ¿Quién teme a los Convenios Internacionales? ¿Quién respeta a las asambleas participativas de la ciudadanía? ¿Quién confía en la sostenibilidad? Entonces ¿Qué querrá significar la palabra “democracia”?
  • La reciente cumbre de Copenhage (un auténtico Kyoto+17 pero ya, definitivamente, sin tiempo para reaccionar) ha sido un fiasco absoluto. Un fracaso no sólo, ni especialmente, porque no se hayan alcanzado los acuerdos de mínimos que permitirían tener cierta confianza, o esperanza, en el futuro. Los mercaderes saben bien que siempre se está a tiempo para ultimar un buen negocio y si hay negocio, que lo hay, estos acuerdos llegarán. Seguramente tarde pero llegarán.
  • Basta leer el suplemento de negocios de El País de esta semana para percibir que la “sostenibilidad” ocupa, definitivamente, un puesto preferencial en las páginas salmón. Son artículos de Josu Jon Imaz, presidente de Petronor: “¿Por qué tememos a la sostenibilidad?”; Jean Pierre Laurent, presidente de Renault España: “El coche eléctrico va a cambiar el modelo de negocio”; George Soros, presidente de la Soros Fund Management y del Open Society Institute: “Financiación frente al cambio climático” o los artículos de análisis de los periodistas Carlos Gómez: “Viento en popa en Iberdrola renovables” o Fernando Barciela: “España se relaja en eólica marina”
  • De estas lecturas se desprende que la “sostenibilidad” ya se maneja como moneda de cambio posible ante un cambio de paradigma inevitable. El problema no parece ser ya la desconfianza en la “productividad” de las energías renovables o la financiación necesaria para la transformación de las industrias contaminantes en otras menos agresivas con el Medio Ambiente. Tampoco la necesidad de innovación que demanda este nuevo modelo de desarrollo "en el llano"* debe ser motivo de reticencias o temores, como apunta Imaz, pues España cuenta con unas empresas innovadoras punteras en el mercado mundial.
  • No, no es esto lo más preocupante de lo ocurrido en Dinamarca en estas dos semanas. A la sostenibilidad no le teme ya ni la economía que ha decidido ser su principal abanderada. El invitado incómodo vuelve a ser “la gente”, la misma gente que puso sobre la mesa en los años ´70 estos problemas. Esa “gente” que hizo que la Cumbre de Río fuese una fiesta.
  • El fracaso real ha quedado patente en las calles, y en las cárceles, de la muy civilizada y ordenada capital danesa. Esta Cumbre del Clima será recordada, sin duda, por la total ausencia de la sociedad civil en sus sesiones plenarias, sociedad civil perfectamente organizada, identificada, acreditada desde hace meses y bien documentada sobre los asuntos a tratar. Las cifras son sonrojantes, de las cerca de 21.000 acreditaciones gestionadas sólo 300 han contado con la preciada tarjeta amarilla que identificaba a las personas “autorizadas” a acceder al Bella Center. Copenhage 2009 ha significado la exclusión de la sociedad civil en la observancia de las decisiones que deberían garantizar la habitabilidad de la Tierra.
  • El Convenio de Aarhus, firmado en Dinamarca el 25 de junio de 1998 por veinte países y ratificado por España el 29 de diciembre de 2004, trata sobre el acceso a la información, la participación del público en la toma de decisiones y el acceso a las justicia en asuntos ambientales. En su exposición de motivos reconocía que toda persona tiene el derecho a vivir en un medio ambiente que le permita garantizar su salud y su bienestar, y el deber, tanto individualmente como en asociación con otros, de proteger y mejorar el medio ambiente en interés de las generaciones presentes y futuras; Consideraba que para poder estar en condiciones de hacer valer este derecho y cumplir con ese deber, la ciudadanía debe tener acceso a la información, estar facultada para participar en la toma de decisiones y tener acceso a la justicia en asuntos ambientales y, más, que en la esfera del medio ambiente, un mejor acceso a la información y una mayor participación del público en la toma de decisiones permiten tomar mejores decisiones y aplicarlas más eficazmente, contribuyen a sensibilizar al público respecto de los problemas ambientales, le dan la posibilidad de expresar sus preocupaciones y ayudan a las autoridades públicas a tenerlas debidamente en cuenta.
  • Quienes ejercemos una ciudadanía responsable no “creemos” tener derechos; la ciudadanía local, estatal, europea y global tenemos, de hecho, derechos. Uno de ellos es este, tenemos derecho a ser informados, a participar en los procesos de desarrollo de un proyecto que afecte a nuestro Medio Ambiente, ¿y puede alguien imaginar un proyecto más global, más universal que el calentamiento de la Tierra?, tenemos derecho a opinar y a ser escuchados.
  • El paternalismo que ejerce la clase política, local o mundial, afecta gravemente a la Democracia participativa que preconizamos y queremos para nuestras ciudades. Dado que el derecho nos ampara demandamos unas reglas de diálogo claras, un reconocimiento de la representatividad de la sociedad civil. Exigimos más espacios de información transparente que nos permitan incidir en la toma de decisiones, queremos discutir y acordar, también nosotras, también nosotros. La política no es cuestión, sólo, de los políticos. La ciudadanía, y con ella la democracia, será Política o no será.

lunes, 7 de diciembre de 2009

de blog en blog_sobre la belleza y el gusto

y la cuestión planteada por el profesor Rafael Cejudo en el blog de Filosofía Moral de la Universidad de Córdoba.

Expresar y escuchar juicios en torno a lo “bello” y lo “feo” forma parte de nuestra experiencia cotidiana. Sin embargo, cuando nos preguntamos sobre su exacto significado caemos en la cuenta de lo difícil y complicado que es escapar a la comprometida conclusión de que apenas tenemos una intuición pobre, vaga y difícilmente articulable sobre tales conceptos a pesar de haber sido uno de los problemas fundamentales de la Filosofía a lo largo de toda su larga vida.

De hecho, Bárbara Artetxe y yo mantuvimos más de una hora de conversación en el chat de Facebook sobre esta entrada del blog que propone el profesor Cejudo sin que lográsemos “acordar” una sola solución a la cuestión planteada. Estoy segura de que Bárbara y yo no buscábamos exponer nuestras certezas o encontrar certezas en el argumento contrario, sino que éstas se re-posicionaban, como en un baile de posibilidades, con cada punto de vista aportado en uno y otro sentido. En esto consiste para mi la esencia de la filosofía: una conversación, un diálogo continuo en el que se precisan grandes dosis de humildad, honestidad y conciencia de los límites de nuestro conocimiento para poder seguir adelante en el planteamiento y solución de los problemas.

¿Podemos admitir como válido el reduccionismo que supone atribuir condición de “bello” o “feo” a aquello que guste o no guste a cada uno en particular? Por importante que sea tener en cuenta los aspectos subjetivos del juicio hemos de considerar también que para que esos “juicios” tengan lugar ha de haber ocurrido antes algo en nuestra mente que los haga aflorar. Nuestros juicios “subjetivos” han sido de algún modo aleccionados por una cultura “objetiva” que nos ha precedido, nos afecta diariamente y de la que únicamente podremos “liberarnos”, si de verdad pretendemos realizar juicios subjetivos, es decir, propios de nuestra individualidad, mediante el ejercicio constante de la lectura, la comparación y la argumentación en uno y otro sentido. Es decir, ejercitando una cultura de la conversación que mantenga nuestra mente activa. Atreviéndonos a pensar, más allá de opinar.

Mi propuesta a esta entrada es, por tanto, que nos comprometamos a emprender una exploración más allá de nuestros prejuicios. Como propone Remo Bodei (La forma de lo bello, Visor, 1998, p.14): Es fundamental adoptar dos disposiciones de partida diferentes. La primera consiste en rechazar la ilusión de que haya definiciones previas de la belleza y la fealdad, simples y unívocas, formas detenidas; monolitos de cristal perfectamente tallados, y al margen del tiempo; cánones absolutos, que se impondrían automáticamente y perentoriamente a la percepción y el gusto. Todo lo contrario, se trata de nociones complejas y estratificadas, pertenecientes a registros simbólicos y culturales no del todo homogéneos; reflejo grandioso de dramas y deseos que han conmovido a los hombres y a las mujeres de todos los tiempos. La segunda actitud consistirá, por otra parte, en constatar la imposibilidad de aproximación a estos conceptos cuya utilización no podemos evitar y con los que creemos decir algo. Si las “cosas bellas son difíciles”, como advierte un proverbio, también es verdad que las más que milenarias investigaciones de los filósofos y las múltiples reflexiones de los artistas han forjado instrumentos de análisis insustituibles, que ayudan a enfocar y hacer explícitas nuestras intenciones.

lunes, 30 de noviembre de 2009

noche en Teherán

La noche se colorea al imaginarte y mi pecho se llena de tu fragancia. Ante mis ojos, te abres y me envuelves en la alegría; como la lluvia que purga el cuerpo de la tierra, limpias de impurezas mi existencia. De mi ardiente cuerpo tú eres el latido, el fuego en la sombra de mis pestañas. Eres más abundante que el trigo, más inmenso que sus dorados tallos. Has abierto mis puertas al sol durante la irrupción de las negras dudas. Estoy contigo, y ya no temo el dolor, que sólo sería el dolor del éxtasis. Mi apenado corazón, ¿tanto fulgor? ¿el jolgorio de la vida en el asiento de la tumba? Tus ojos, mi pradera, enlazas el talismán de tu mirada a la mía. Oscuro es el dolor del deseo. Es hacerse pequeño en vano. Poner la cabeza encima de los negros corazones, mancharse el pecho con la suciedad de los rencores. Encontrar en las caricias la mordedura de la serpeinte o veneno en la sonrisa de los amigos. Perderse en la muchedumbre de los bazares. Como las estrellas, con alas doradas, viniste de la lejanía de los cielos, acabaste con mi melancolía y empapaste mi cuerpo de tu olor. Mi cabello arde cuando me rozas, el deseo abrasa mis mejillas. Eres extraño para mi ropa, pero conoces las praderas de mi cuerpo. Eres más reluciente que la aurora, más fresco que la primavera. Has despertado el amor en mi corazón, me entrego toda al deseo. Tiemblo de placer, las líneas de tu cuerpo son mi vestido. Mi ser se desintegra y mi alegría se funde con mi tristeza. Tus susurros, mágicas nanas, son cuna para niños intranquilos. Tu aliento, brisa nocturna, se ha cobijado en mis sonrisas futuras y ha penetrado en el fondo de mis mundos. Tanto fuego has derramado sobre mí, que me has fundido pasión con poesía, has encendido en mí la fiebre del amor y de ardor has teñido mis versos. Forug Farrojzad Noche en Teherán Ed. El Bardo, Barcelona 1998

domingo, 8 de noviembre de 2009

paisajes críticos, paraísos urbanos

He participado en las Jornadas sobre Estrategias para la Integración de la Arquitectura Contemporánea en las Ciudades Patrimonio de la Humanidad celebradas en Córdoba los días 5, 6 y 7 de noviembre de 2009. Organizadas por la Comisión de Urbanismo del Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España: Alcalá de Henares, Ávila, Cáceres, Córdoba, Cuenca, Ibiza, Mérida, Salamanca, San Cristóbal de la Laguna, Santiago de Compostela, Segovia, Tarragona y Toledo. Por este motivo la periodista Sara Arguijo me hizo una serie de preguntas que le servirían para escribir el siguiente artículo publicado en el semanario La Calle de Córdoba. Hablamos de todo esto:

1. En principio, desde tu punto de vista, ¿cuáles son las principales dificultades para integrar la arquitectura contemporánea en los cascos históricos?

Pienso que es esencial el modo en que acometemos y/o resolvemos la comunicación con los espacios y con quienes los habitan. La capacidad comunicativa del paisaje urbano está fuertemente relacionada con la capacidad del emisor, quien diseña, y del receptor, quien mira, observa, pasea, vive… Esta posibilidad de comprender nuestros paisajes urbanos siempre estará en función de nuestra atención y nuestra atención depende en gran parte de la velocidad que imprimimos a nuestra vida cotidiana y a nuestro trabajo. Cuando ponemos “velocidad” sobre la mesa suelen aparecer también otras palabras: simplificación, homogenización, previsibilidad, banalización… La importancia del diseño en los paisajes urbanos tiene que ver con nuestra cultura de comunicación. Si consideramos que la cultura es una renuncia a las soluciones veloces y rudimentarias podríamos considerar que nuestra “cultura de comunicación” tiene mucho que ver con nuestra capacidad de entrelazar y enlazar mundos, una visión amplia que nos permite trascender las soluciones “ingeniosas” para llegar a las soluciones “bellas y útiles”.

2. ¿Cree que Córdoba se ha quedado atrasada con respecto a otras ciudades en

la apuesta por la vanguardia?

Creo que Córdoba apuesta por el diálogo, por la puesta en valor de lo patrimonial con lo contemporáneo considerándolo todo como un hecho sincrónico, todo es ahora histórico y contemporáneo y será pasado mañana mismo. Me gusta pensar en Córdoba como una ciudad que respira hondo antes de tomar una decisión, de elegir un camino; sin embargo, a veces parece que le cuesta reaccionar, que todos los cauces van lentos, que las actuaciones no fluyen… En cualquier caso prefiero la lentitud a las decisiones atropelladas, quiero pensar que Córdoba contiene el aliento para dar un gran salto hacia la excelencia cultural. Una excelencia que, por supuesto, tiene mucho que ver con la ciudad, con su arquitectura, su paisaje y su ciudadanía.

3. ¿Cuál es el principal reto de este tipo de intervenciones: que se

integren en los paisajes urbanos sin molestar o que sea aceptada por los

ciudadanos?

El paisaje urbano es sistema orgánico complejo. Esto significa que está conformado por múltiples relaciones raramente comprensibles en un primer golpe de vista. Una actuación que aspire a ser reconocida y valorada no puede abordar el espacio como si se tratase de un lienzo en blanco. Complejo quiere decir que precisa de cierta dosis de responsabilidad y respeto hacia el lugar a tratar y, esencialmente, hacia las personas que harán uso de ese espacio. Tiene mucho que ver con la escala y con el primer punto, esto es, nuestra capacidad como diseñadores, como pensadores, para la comunicación. El paisaje urbano no admite aislar o inventariar uno y cada uno de sus valores de forma aislada y estática sino que han de contemplarse necesariamente como fragmentos de un sistema complejo que posibilita su integración real en la vida cotidiana de las gentes con quienes comparte escenografía. La transformación y disfrute de los espacios públicos de la ciudad puede programarse siguiendo tácticas más o menos contrastadas pero finalmente serán personas quienes doten de significado, culturizándolo, a todo lo construido, reconstruido, restaurado y/o rehabilitado en la ciudad. El diseño en el espacio de urbano, podríamos llamarlo “paisajismo urbano”, precisa de una capacidad para mirar alrededor, una capacidad de asombrarse no sólo ante lo nuevo sino ante lo que posee ese valor intangible de belleza inalterada, de equilibrio, de armonía. Hablamos quizá de sentido común. Caminar la ciudad, detenernos en las esquinas, descubrir por qué los bancos de un parque tienen muchísimo más éxito de público que otros, comprender qué significan los juegos infantiles para sus usuarios finales, las sombras, el mobiliario urbano, qué le pedimos a esos muebles cuando los miramos desde el lado del espejo de quien los usa. De nuevo la capacidad de comunicación y la velocidad.

4. Por último, me gustaría que mencionara algunos ejemplos de los edificios,

reformas o proyectos más aberrantes que se hayan cometido en la ciudad.

Me cuesta responder a esto porque pienso que prevalece lo bueno sobre lo malo. Aún así mis “horrores imperdonables” son la ronda y las parcelaciones ilegales. En la primera se debería haber tenido en cuenta la importancia y trascencencia de los arrabales islámicos y haberlos incorporado al proyecto como un valor no como un problema. Las parcelaciones ilegales las veo como proyecto espontáneo de ocupación y deterioro del territorio “consentido” desde las administraciones.

lunes, 31 de agosto de 2009

el jardín en el muro

Una noche de confidencias[1], hace apenas un mes, una amiga me contó la historia del jardín en el muro. En aquel momento pensé que, al menos para ella, era una historia verdadera y posible: el jardín en el muro es un jardín real y un jardín soñado. Significa una realidad inmortal a través de un muro también real. Ya no me cabe la menor duda.

- Dentro-dijo-había una parra virgen de color carmesí, de un carmesí intenso y uniforme, que cubría un muro blanco bajo el reflejo ambarino del sol. Había algo en el aire que llenaba de gozo, era una sensación de levedad, de paz y bienestar; había algo en su apariencia que hacía los colores limpios, perfectos, y que les confería una sutil luminosidad. Al entrar se sentía una alegría exquisita, una alegría que sólo se siente en raras ocasiones. Allí todo era hermoso…

El jardín como forma de felicidad. El jardín como un lugar delicioso al que poder acudir en los intervalos de una extenuante carrera cotidiana. Un jardín que nos procure momentos para aferrarse al mundo. Momentos para aferrarse a la fantasía de lo posible.


[1] Sigo la historia de Wells, H.G. (1988) La puerta en el muro, Madrid, Siruela, p.p. 15-46

La imagen está tomada del cuento de Mandana Sadat, El Jardín de Babai, de Mandana Sadat. Kókinos (2004)

jueves, 9 de julio de 2009

La cultura de la conversación

Releo a saltitos en estos días “La cultura de la conversación” de Benedetta Craveri. Es un libro luminoso, encantador, magnético, en el que se nos narran los cien años previos a la Revolución de 1789 empleando como hilo conductor los salones literarios, donde las mujeres fueron figura central y la conversación, el eje civilizador: "Este ideal de conversación, que sabe conjugar la ligereza con la profundidad, la elegancia con el placer, la búsqueda de la verdad con la tolerancia y con el respeto de la opinión ajena, no ha dejado de atraernos nunca; y cuanto más nos aleja de él la realidad, más sentimos su falta". Estas palabras, preámbulo del libro, animan a comprender la vital importancia que tienen para la generación, mantenimiento y asentamiento de la cultura los espacios para la conversación. Durante esta semana en Córdoba se alumbra un nuevo y sugerente espacio para ésta: la sede del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Córdoba. La cultura, como las ciudades, no puede prescindir de las personas; son personas quienes configuran y crean la complejidad de un sistema que, interactuando y conversando, se otorgan visibilidad y significados. El pasado día 24 de junio organizaron una mesa de debate, una conversación, en torno a la película de Walter Ruttman, que podrá verse previamente, “Berlín, sinfonía de una gran ciudad” (1927). Compuesta de cientos de escenas de la vida cotidiana del Berlín de entreguerras y cientos de personajes que se afanan en sus labores componiendo calles, tiendas, cafés y fábricas, la película incorpora el latido de las personas que conforman y dan valor con su presencia y acción al espacio ciudad. La ciudad trasciende así su identidad física que le transfiere “ser” un punto en el mapa para transformarse en un potente espacio imaginario: la ciudad compleja, sistémica, orgánica, se percibe así como un mecanismo de cohesión discursiva de gran alcance. Bienvenida nueva sede del COAATCo y ¡larga vida de culturas y conversaciones!

miércoles, 18 de febrero de 2009

feliz año nuevo_hoy empieza todo

He querido condensar mis mejores deseos para este año 2009 en la palabra DEMOCRACIA. Mi "feliz año nuevo" es un tarjetón con esta palabra troquelada. Propongo con ello un juego colectivo. Es posible proyectar DEMOCRACIA en todo aquello que deseemos, jugar con la palabra y el sol como con un trocito de vidrio y hacerlo visible, una fotografía, un vídeo, una sensación, una sonrisa, un retrato, una palabra. Podéis recoger vuestro tarjetón en El Astronauta. Espero ilusionada vuestras sensaciones. Una serie puede verse aquí.
Esta idea servirá de punto de partida en el taller que coordino por encargo del Consejo Municipal de las Mujeres de Córdoba sobre "Urbanismo, vivienda y transporte" dentro de las jornadas de participación organizadas por la Delegación de Igualdad. Se proponen cinco microtalleres creativos en torno a la vivencia de la ciudad como modo de generar público, público crítico que trascienda la opinión hacia la acción; el público no como mero consumidor sino como productor de significados. Más en CIUDAD TÁNDEM
La imagen que acompaña este texto es de Lola Araque, resultado de un día de trabajo conjunto en el archivo del Congreso de los Diputados, gracias a la amable colaboración de la Comisión de Igualdad presidida por Carmen Calvo. Se trata de la primera hoja de un libro de firmas de mujeres agradeciendo a las Cortes Constituyentes la concesión de todos los derechos civiles y políticos, entre ellos el voto, en diciembre de 1931. La primera firma es de María Martínez Sierra.

Eulália Valldosera_dependencias

En su recorrido Eulália Valldosera ha planteado desde los primeros años noventa la negación del objeto de arte como producción para el consumo otorgando en su trabajo evidente primacía a la acción. Su intención no es crear un objeto para ser observado, sino hacernos partícipes de una acción que pueda ser recordada, como un flujo de información que se introduce en nuestra memoria y forma parte de nuestra propia vida, incidiendo en esos actos cotidianos y en los residuos de nuestro paso que actúan como prolongaciones del cuerpo. (Nuria Enguita Mayo)
En Dependencias 2009, una instalación realizada expresamente para esta muestra del MNCARS abierta del 4 de febrero hasta el 20 de abril de 2009, Valldosera pone en nuestras manos un carrito de la compra cargado con proyectores de vídeo. La obra toma vida cuando comenzamos a empujar el carrito, avanzamos, retrocedemos, nos detenemos, saludamos a nuestra sombra proyectada sobre las imágenes recogidas por Valldosera en un supermercado, en una terminal de aeropuerto y en un museo. Nuestra sombra se hace una, se solidariza rápidamente, con el movimiento que genera la conciencia del estar vivo, estar y ser, aquí y ahora. Otros tres carritos más interactúan con el chorro de luz y experiencias que sale del nuestro, una proyección en travelling que se emancipa de la autora para acogerse a nuestro ritmo vital, a nuestra percepción, a nuestra curiosidad y nuestro deseo. Un regalo experimental. Un juego muy serio que hábilmente nos remite a las cargas que arrastramos, que nos acompañan o nos lastran la existencia, la experiencia y, sobre todo, nuestro modo de relacionarnos con los demás.
Dependencias da nombre a toda la muestra y hace referencia también a las estancias en las que ésta se desarrolla, a la sucesión de contenedores de experiencias que aspiran a explorar nuestra psicología de la percepción. Botellas interactivas (Forever Living Products nº3) pretender sacudir nuestros sentidos, pesan o suenan, alojan en su interior un ojo mágico, conversaciones privadas, confesiones íntimas, testimonios de experiencias para terminar proponiéndonos el juego más arriesgado, una botella de Fairy que nos habla y nos propone: Te doy la bienvenida a mi espacio. Estoy capacitada para borrar, para eliminar todo aquello que deseas olvidar. Si me lo cuentas, lo guardaré en mi interior y en pocos días habrá desaparecido de mi espacio para siempre y del tuyo también. Entonces tienes que decidirte, interactuar con la botella de Fairy pegada a la oreja y decir en voz alta exactamente lo que estás pensando. O callar. Pulsé el botón y hablé. Un alivio.
Los sólidos puentes con lo cotidiano y la experiencia doméstica vital que tiende Valldosera se traducen en frágilísimas escenografías de luz, liquidos y fluidos, objetos comunes, que permiten afianzar una empatía, un efecto envolvente, una simpatía hacia nuestra propia experiencia, nuestra posición en el mundo y nuestra relación con el otro.

jueves, 25 de diciembre de 2008

DEMOCRACIA

La verdadera democracia es aquella que nos permite creer que nuestro trabajo y nuestra vida pueden incidir en la creación cotidiana de las ciudades. La verdadera democracia promueve la acción individual de ciudadanas libres para incidir desde y en lo colectivo. La verdadera democracia no se proyecta como una sombra, es ella misma luz y quien la promueve genera confianza en el futuro. ¡Más democracia!

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Seguramente construir sea investigar de manera desinhibida en el campo de las relaciones

In order to find a new home to the object, the architect has to inhibit the object in the same way that a word envelops the soul of an actor, only then is he able to redefine the object´s place. As an architect I want to create the horizon. I work with the horizon or the skin of the earth and shape it to reveal the object where it lies buried in the earth. When the construction touches the earth this dimension is born. Hello, I´m just a woman, I´m just a gardener. Could you see me?
  • La frase del título pertenece a Juan Domingo Santos y está publicada en uno de los números que El Croquis ha dedicado a Álvaro Siza. La referencia se la debo a mi amiga Madeleine
  • La acuarela es un regalo de Rafael Obrero Guisado

lunes, 22 de diciembre de 2008

Caja (o casa) de herramientas

Ha sido emocionante descubrir en la intervención de Antonio González en la fachada de la sede de Vimcorsa, dentro del ciclo EL JARDÍN DE LA CASA, esas herramientas que soñamos y deseamos para esta ciudad. Colores y herramientas. Diversidad y herramientas. Argumentos, discurso y herramientas. Capacidad de acción y herramientas. Todas las ciudades cristalizándose ciudad. Hacer ciudad desde lo más íntimo. El sueño de VIMCORSA, expresado de modo inteligente y creible por su presidenta en la carta de bienvenida. Imaginar una casa de medios fue un sueño y un pecado (mortal). Pensar un espacio de confluencia, de intersecciones, integrador. Una osadía. Un lugar desde el que inventar, crear, emplear, difundir estudios y experiencias; formas efectivas de emancipación, de expresión y cultura en torno a los múltiples modos de habitar. Una temeridad. Un suicidio profesional y (casi) personal. Al menos tenemos La Esperanza de Gómez Losada y sus pinceladas sobre negro. Al menos también Antonio González. Su trabajo conforta y alivia este extraño viaje de otoño invierno. Sus colores enmarcados se me antojan una gigantesca paleta dispuesta paisaje para nuestra inspiración y disfrute. El árbol, discutidísimo árbol, también tiene allí su sitio, es difícil obviarlo. Él llegó antes y el autor lo incorpora sin aparente esfuerzo, como el hueco del alzado que parece haber sido okupado naturalmente. Al invierno, al solsticio, a la vida... por los colores. La imagen la he tomado prestada de http://cajadeconstruccion.blogspot.com/

jueves, 18 de diciembre de 2008

Bosque de pinceles

Bosque de Pinceles o el paisaje o la vida o la muerte o la abundancia o colores que son huellas o sueño botánico o deseo o la esperanza... desde la orilla del pantano (con el agua en los tobillos)
Cuando experimienté, de la mano de Miguel Gómez Losada y Manuela, El pantano de la Vida en septiembre se iluminó una imagen, una imagen que ha sido recurrente en estos extraños meses de otoño de 2008 y que ayer pude por fin comprender en la celebración de La Esperanza en la Galería Carmen del Campo, en Córdoba. La imagen era sin duda un universo sumergido, una escena de La noche del Cazador de Charles Laughton, que se me reveló anoche como paisaje construido en colores inaccesibles, los colores que se volaron con el último hilillo de vida de la mujer asesinada por Robert Mitchum. Los colores que fueron en ese paisaje muerto, yermo, de la escena de la película se me han venido a instalar en el cuadro de Miguel, alumbrándome así un retorno a la esperanza.
Juan de Arellano y su minuciosa y estética comprensión de la funcionalidad botánica de las flores se me hace visible también tras algunos cuadros de Gómez Losada. Especialmente en aquellos en los que ha optado por un fondo negro, profundísimo, abigarrado de símbolos y poesía. Comprender la botánica por el rastro abandonado tras una ráfaga de viento es un juego divertido, inocente e íntimo. Saber qué flores blancas, cuáles rojas, de dónde procede el viento, por dónde se oculta el sol, descubrir la vida, en fin, agazapada en la sombra dispuesta a asaltar tu corazón en cualquier recodo de este bosque de pinceles.

domingo, 23 de noviembre de 2008

cuerpo_paisaje_vida/ ecofeminismo y ciudad

La Huella Ecológica de la Humanidad muestra cuánto utilizan las personas la capacidad productiva de la biosfera. La huella se expresa como el número de planetas Tierra necesarios para satisfacer el consumo. Nos indica que aunque se adoptasen las medidas más estrictas para detener el cambio climático no recuperaríamos el sentido común de utilizar una sola Tierra hasta el año 2040. Este umbral fue superado en los primeros años 80, con el inicio de la era Reagan y del establecimiento de las bases de un liberalismo salvaje que se afianzaría en los 90 para finalmente romperse por dentro el pasado 2007. Un sistema natural es eficiente y complejo, precisa mucho tiempo para establecerse y alcanzar el equilibrio. Recomponer los platos rotos en estos 20 años precisará 60 años en el mejor de los casos y 100 años en el caso de que se optase por una transición lenta. Los recursos básicos de nuestro planeta son limitados y, si se sigue una filosofía de crecimiento ilimitado de bienes y servicios y, por consiguiente, de beneficios económicos, se rebasarán forzosamente los límites ecológicos del planeta. La consecuencia más global de ese “pasar el límite” es el cambio climático. Estas palabras, recogidas en The Limits to Growth y por el Informe Global2000, ambos en 1972, no parecen decir nada nuevo. Sabemos esto y lo tenemos asumido como cierto. Sin embargo nos resistimos a traducir nuestros descubrimientos en hechos. Otro modo de plantearlo sería ¿Cuántas evidencias hacen falta para que una anécdota se convierta en realidad? Ni siquiera la estrategia del (mal) llamado desarrollo sostenible pone en duda el paradigma de crecimiento permanente. Pude escuchar al politólogo Sami Naïr hace unas semanas en Córdoba. Se mostró discretamente optimista ante la crisis económica en el sentido que confiaba en que la victoria de Barack Obama, y su equipo de imaginativos economistas, permitiría desprenderse de los modelos fracasados y reconducir el orden social hacia un nuevo contrato social. Me contagió su optimismo, del mismo modo que lo hizo Vandana Shiva en sus declaraciones a El País el pasado lunes: Hemos vivido demasiado tiempo en un mundo fragmentado. Sin embargo en este mismo diario pudimos leer en el suplemento Negocios un artículo de uno de estos imaginativos economistas que con el contundente título Vamos a necesitar un barco más grande instaba al nuevo presidente a tener capacidad, amplitud de miras y la valentía necesarias para que nos unamos como nación e inspirarnos y darnos los medios para hacer la única cosa que podemos y debemos hacer ahora mismo: ir de compras. El uso de las calles queda determinado pues por las más altas instancias de la economía mundial. No hay ninguna ingenuidad en este llamamiento. Las similitudes que señala Yayo Herrero entre huella ecológica, entendida como impacto de los estilos de vida sobre los bienes de la tierra y huella civilizatoria como indicador que evidencia el desigual impacto que tiene la división sexual del trabajo sobre la sostenibilidad y sobre la calidad de vida humanas nos serán muy útiles al analizar, diagnosticar y evaluar el modo de construir y vivir la ciudad por mujeres y hombres. El balance para el colectivo masculino será, en términos generales, negativo pues consume más energías amorosas y cuidadoras para sostener su modo de vida que las que aporta. No hay duda, las mujeres nos implicamos mientras que ellos apenas participan. No les hablaré pues de los problemas de las mujeres en las ciudades sino del modo en que éstas, las múltiples ciudades que habitamos, nos interpelan en nuestra vivencia cotidiana. Cómo la ciudad nos exige sentir, percibir, hacernos preguntas y buscar respuestas. A nosotras, como mujeres primero y desde nuestra experiencia, personal y profesional, después. Nuestra experiencia entretejida y poliédrica, construida como un palimpsesto, puesto que todo influye sobre todo y cada segundo se nos va adhiriendo a la piel como bagaje profesional y personal, público y privado, conforma nuestra sabiduría más allá de nuestro conocimiento académico. Quisiera leerles esta palabras del Colectivo del libro de la salud de las mujeres de Boston, son palabras de 1969. Volvernos más conscientes de nuestros cuerpos será un proceso lento. Pero flota a nuestro alrededor una confianza creciente en nuestra capacidad para el cambio y una conciencia creciente de sensaciones nuevas. ¡Es fantástico saber que estamos llegando a sentir nuestros cuerpos como parte de nosotras mismas! Nuestra primera propuesta de acción ante el cambio climático es que técnicos y políticos responsables del planeamiento y ordenación de las ciudades seamos conscientes de nuestro trabajo y así nos podamos escuchar algún día: Volvernos más conscientes de nuestro entorno urbano y natural será un proceso lento. Pero flota a nuestro alrededor una confianza creciente en nuestra capacidad para el cambio y una conciencia creciente de sensaciones nuevas. ¡Es fantástico saber que estamos llegando a sentir nuestra ciudad como parte de nosotras mismas! Cuando el desarrollo de cualquier actividad humana se acomete desde la conciencia y/o experiencia de la propia vida, la belleza, la política, la gestión, la academia dejan de ser asépticas. Hago pues un llamamiento a dejar de ser asépticos, neutros, en el ejercicio de nuestra profesión. Desde aquí, pues, un llamamiento a la ACCIÓN.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Sueño de Casa Propia

Sueño de casa propia es un trabajo que destila compromiso, pasión, necesidad y urgencia por mirar a los ojos un problema que afecta a todos y cada uno de nosotros, el de la vivienda. Mª Inés Rodríguez y Pablo León de la Barra presentan ahora en Córdoba, tras su paso por Ginebra, Madrid y Ciudad de Méjico, su selección de proyectos para empujarnos hacia la lectura, la reflexión, la empatía, la conciencia de más realidades ante este asunto común. Sueño de casa propia es un proyecto que surge del envés, una utopía en el borde, un calcetín que dado la vuelta se transforma en chistera. El calcetín es un mundo relegado, condenado al ostracismo, por feo, por sucio, por pobre. Olvidado o, peor aún, obviado, banalizado por los discursos informes de quienes aseguran estar preocupados pero nunca ocupados en buscar y encontrar soluciones eficientes. El mundo que nos interpela en Sueño de Casa Propia es un mundo de invisibles muy reales que se permiten, incluso, el lujo de soñar y construir su propia casa. Será pidiendo “sólo diez céntimos” en la calle, como José Ivanildo Leandro da Silva cuya iniciativa no sólo da nombre al proyecto sino que fue el germen de éste. O bien mediante las intersecciones mágicas que se producen entre artistas como María Papadimitriou y su proyecto TAMA, un sueño de comunicación, de intercambio de información y experiencias, un Museo de Autónomo Temporal para Todos, que pretende servir a las poblaciones itinerantes que ocupan un espacio concreto de la ciudad de Atenas. Es la arquitectura de emergencia que desarrolla en Alabama, una de las regiones más pobres de Estados Unidos, Rural Studio. El botón de muestra en este caso es una Casa y Refugio de Tornados apelada Lucy cuya descripción es toda una declaración de intenciones por parte de los autores: “La casa Lucy es una estructura orgánica basada en la metáfora del comportamiento espontáneo y no planificado del cuerpo. Esta arquitectura enfatiza la auto-dependencia y la capacidad individual.” También hay encuentros fortuitos, historias de amor, experimentos, una casa nube y hasta sueños de arquitectos, como el de Santiago Cirugeda. Sueño de casa propia se construye, como la casa de nuestros sueños, como un patchwork de aluvión. De ideas y sentimientos. De trabajo, luchas y conquistas. De sentido del humor. De belleza. De amor. De dignidad. Y se viste de radicalidad, claro que sí, porque se posiciona en la raíz desnuda de este sueño, aspiración, derecho primordial que es la vivienda.

domingo, 17 de agosto de 2008

tardes de agosto (2)

Hace frío. A veces llueve. Tengo un buen libro para pasar este tipo de días arrebujada bajo una manta, cómodamente instalada en una hamaca o en la cama. Hay poca luz natural pero no me importa encender una lámpara. Necesito leer. También hace viento. Mientras los niños hacen la siesta todo es perfecto, incluso este tiempo desapacible; en cuanto ellos despiertan comienza la carrera frenética de ideas en mi cabecita en torno a la realidad que nos depara septiembre. Ellos son felices, por supuesto. Bien abrigados, con su cara limpia, toman la merienda al aire libre y saltan de la silla enseguida, como poseídos: a jugar... Entonces les miro y comienzo a dar vueltas, hablo con ellos, jugamos a la pelota, nos inventamos una historia sobre animales marinos, o la selva; hacemos un teatrito con la familia de Juanito y Juanita, con su bebé calvo y su preciosa casa con jardín alfombra: se esconde cuando anochece y cierran las puertas para ir a dormir. Tienen dos perros, Zipi y Zape, como los perrillos de Pilar del Pino, un caballo azul y una oveja saltarina que hace chuiqui, chuiqui cuando camina. O echo un vistazo rápido al periódico, sólo leo detenidamente las crónicas de José Ángel Vela del Campo en su periplo europeo por los festivales de ópera. Cómo lo envidio o, mejor, cómo disfruto con sus narraciones. Sueño que yo también lo haré algún día. Aquí los días han comenzado a hacerse más y más cortos, la hora del baño se va pegando sigilosamente a la hora de la merienda y a la hora del riego general, cuando Gonzalo y Manuela persiguen al abuelo y a la abuela, cada uno con una regadera adecuada a su tamaño, solicitando instrucciones precisas sobre dónde pueden verter su preciado tesoro líquido con forma de agua de ducha. Así transcurre al menos media hora. Acarrear cubos de agua caliente hasta el invernadero es también algo que sólo se hace aquí. El invernadero donde germinan las semillas y crecen las plantitas de todo lo forma parte del huerto jardín durante el invierno y la primavera se transforma en verano, con nuestra llegada, en una lujosa sala de baño. Grandes ventanales al paisaje, a las flores, a los abuelos de aquí para allá haciendo carantoñas a los niños que disfrutan en su balde de cinc de un baño antiguo y placentero. Arrancarles de su juego acuático es cada día un drama y un ejercicio de imaginación. Secarles con su albornoz blanquísimo. Acariciarles con aceite de caléndula su piel suavísima, morena, perfecta. Peinarles. Comerles a besos. Un buen pijama de invierno, calcetines, zapatillas (también de invierno) y una chaqueta de lana. Me encanta verles salir en busca de la cena con sus caritas relucientes y su felicidad intacta. La cena no es un trámite ni un sólo día. Hablamos. Leemos. A veces Gonzalo consigue arrancarme el compromiso de ver un capítulo, o dos, o tres, de dibujos animados. Besos para todos. Dientes bien limpios. La nana de la pulga y el piojo y ¡hasta mañana!

viernes, 15 de agosto de 2008

tardes de agosto

Hace calor y un paisaje poderoso de rocas amarillas, o rosas, o verdosas, según la luz o, mejor, según el día, me mantiene pegada, con la vista en el horizonte, hipnotizada. Hace demasiado calor para hacer una siesta placentera (los niños disfrutan de las habitaciones más frescas de la casa) y desde que descubrí los baños en la piscina en el silencio sagrado de la hora más sagrada, la sombra en una hamaca y este paisaje cuajado de chicharras y palomas torcaces nada ni nadie ha conseguido que pase estas dos horas dentro de la casa. A pesar de que hace un calor infernal y de que esto no significa descansar en absoluto. Los niños despertarán enseguida. También leo, aunque con el rabillo del ojo pegado a la gran roca rosa, o naranja o verdosa que preside, al norte, mi paisaje. La línea de paisaje más cercano está dibujada de naranjos, algarrobos, cipreses, olivos, flores rojas, flores blancas, muros de piedra que sigo con un pincel imaginario, como si así pudiese aprehenderlos y aprendérmelos de memoria. Educar el ojo ante esta belleza puede ser tanto como lo que siempre he envidiado a quienes habitan ciudades como Roma, Venecia, Siena... ciudades plagadas de miles de detalles en equilibrio, en graciosa elegancia, en extraña armonía que se derrumba y sin embargo te anima el alma. Y te educa el ojo. Desde mi ducha, hago una ducha antes de los zumos de naranja, de la sandía y los batidos de chocolate, se extiende un plano aparentemente infinito de una glicinia, que ha comenzado a invadir también la casa por mi ventana. Este plano verde sostiene el pueblo de Sóller en su horizonte, abstraído así de su vista convencional: una ciudad que emerge en un vergel de naranjos y montañas lejanas o cercanas, según la luz o, mejor, según el día. Cuando los niños despiertan y pasa la merienda y nos ponemos el bañador y nos vamos todos al agua de la piscina se monta una algarabía que sepulta todo el silencio anterior. Después sucede que el sol comienza su descenso, casi en vertical, hacia el puerto de Sóller y es cuando tomo conciencia del mar, tan cerca, tras estas montañas certeras y mágicas. Respiro hondo. (No suspiro) Entonces pienso aquello: ¡Un día más! ¿o era un día menos?
De puertas adentro recuerdo también, y muy bien, las caricias, los roces, los besos apretados y dulces. Todo ello ha quedado prendido a mi piel como un alfiler. Sucedía a la mejor hora del día, mi favorita siempre, con el calor imperturbable y la habitación con la luz tan medida. El ventilador. El placer. También en cualquier lugar y en cualquier momento. Esto es cierto, ¿verdad? ¿O quizá lo he soñado?. De pronto aquello, que parecía iba a durar eternamente, se desvaneció. Unas agujetas, un dolor de garganta... qué sé yo. De pronto el amor dejó de tener sentido para dar paso, rápido, a la incongruencia. Sueños extraños, celos: desamor.

miércoles, 21 de mayo de 2008

Revelador y Colorista Orfeo de William Christie en el Teatro Real de Madrid

Dejadme que os cuente todo lo que vi, sentí, experimenté y me vino a la memoria y se me deshizo en palabras escritas el pasado sábado 17 de mayo en el Teatro Real de Madrid.
Sostienen los musicólogos la dificultad que tenemos las personas, incluso las familiarizadas con la música, para disfrutar una partitura que escuchamos por primera vez; que son necesarias una y otra y otra audición hasta que ese misterio se nos revele. El placer será entonces inmenso. Y puede también ocurrir, sostienen, que esta revelación no suceda jamás. La experiencia vivida ayer con L´Orfeo de Claudio Monteverdi en el Teatro Real de Madrid tuvo esa suerte de ocasión reveladora y fascinante por todo lo que de simbólico le atribuyo: soledad ante la realidad de una obra a la que se le asigna la condición de primera ópera de la historia y frente a la genial teatralidad, amén de rigor musical indiscutible, que William Christie le confiere a toda aquella partitura que decide poner en escena. Una revelación que no atribuiré únicamente a la música de Monteverdi sino a lo que le aportan la novísima revisión fidedigna de la partitura realizada por Jonathan Cable en 2007 y William Christie con Les Arts Florisants, la sinceridad y fidelidad al original del primero y la alegría en el desarrollo de su, muy profesional y valiosa, puesta en escena de este Orfeo madrileño de los segundos. Una puesta en escena colorista, brillante y colmada de empatía y solidaridad entre todos y cada uno de los que conforman el montaje: músicos, coro, cantantes, cuerpo de ballet y el magnífico septeto de viento. L´Orfeo que nos fue regalado fue una amalgama de color y coloraturas en registros raramente escuchados en la ópera actual. Buen humor y buen hacer. Lo tuvimos todo para ser felices eternamente, pero fue aparecer esa mensajera, fue morir Euridice, así lo dejó escrito Alessandro Striggio, y se acabó la fiesta. Incluso el descanso, generoso, de veinticinco minutos entre dos partes de una hora de duración cada una permitió solazarse en lo que de vivencia social tiene ir a la ópera, un modo único de compartir experiencias y vocabulario raramente posibles en la vida cotidiana. Entonces el cortile o patio que había acogido los tres primeros actos, que se sucedieron sin ningún tipo de pausa lo que evitó los cada vez más ineludibles aplausos e irritantes toses, se ensanchó hasta ocupar toda la caja escénica durante el cuarto y quinto acto para acoger la representación de la barcaza de Caronte cruzando la laguna Estigia y a un resuelto Orfeo dispuesto a todo con tal de volver a ver a Euridice en el reino de los vivos. Efímeras fueron la intervenciones de la soprano napolitana María Gracia Schiavo (Euridice) (Efímera flor del tiempo es la ocasión, y debe ser cortada a tiempo. Canta Orfeo en su travesía hacia el Hades) y del tenor tinerfeño Agustín Prunell-Friend (Apollo) pero serán difíciles de olvidar. Pero retornemos al inicio, a la escena en escena, a la pradera de Tracia aquí representada por un olivo plateado en el centro del cortile de un palacio renacentista donde William Christie adopta el papel de Claudio Monteverdi regalándonos el cuadro de lo que pudo ser la primerísima representación de L´Orfeo en febrero de 1607 en el Palacio Ducal de Mantua para la celebración del cumpleaños del duque Vincenzo Gonzaga. Los instrumentos, algunos más que instrumentistas, felizmente incorporados a la escenografía gracias a la nivelación del foso con el patio de butacas, fueron todos elegantemente presentados irradiando una belleza y poderosa personalidad. Unos y otros hicieron que la música de Monteverdi tomase una disposición espacial precisa y con ello adquiriese una condición de protagonista legítima, tanto como la puesta en escena, la escenografía, los figurines, todo a cargo de Pier Luigi Pizzi, como los cantantes, el coro o las bailarinas ninfas. Especiales e inusuales instrumentos como el regal, interpretado por el mismo William Christie, un instrumento con connotaciones retóricas infernales que secunda de un modo efectivo la voz de bajo de Caronte (Luigi de Donato) o el arpa doppia, al cuidado de Siobhan Armstrong, en el dulcísimo momento del “Possente spirto”. La interpretación del barítono alemán Dietrich Henschel (Orfeo) alcanza aquí su momento culminante gracias precisamente al arpa doppia, un instrumento muy similar a la lira y con el que Orfeo se mece en su lamento durante casi veinte minutos. Veinte minutos para vencer al tiempo y ganar el silencio de todo un Teatro Real abarrotado y acongojado. La emoción contenida en el lamento de las notas de la voz de Orfeo, una voz bien extraña pero no por ello menos conmovedora, logró detener el discurso del tiempo y mostrar que en la ópera éste no es asimilable al que consumimos día a día. Esta conquista del silencio había comenzado mucho antes, precisamente en el inicio, con la contundente Toccata que conforma el Prólogo. Un sobrecogedor septeto de viento, Les Sacqueboutiers, captó entonces nuestra atención y nos hipnotizó ya para siempre mientras el decorado, ese sobrio palacio ducal que se llenaría más tarde de color y siniestra negrura, emergía de lo más hondo de la caja escénica. Con esta producción propia del Teatro Real, William Christie ha demostrado felizmente por qué con L´Orfeo de Claudio Monteverdi comenzó la historia de la ópera.