jueves, 25 de diciembre de 2008

DEMOCRACIA

La verdadera democracia es aquella que nos permite creer que nuestro trabajo y nuestra vida pueden incidir en la creación cotidiana de las ciudades. La verdadera democracia promueve la acción individual de ciudadanas libres para incidir desde y en lo colectivo. La verdadera democracia no se proyecta como una sombra, es ella misma luz y quien la promueve genera confianza en el futuro. ¡Más democracia!

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Seguramente construir sea investigar de manera desinhibida en el campo de las relaciones

In order to find a new home to the object, the architect has to inhibit the object in the same way that a word envelops the soul of an actor, only then is he able to redefine the object´s place. As an architect I want to create the horizon. I work with the horizon or the skin of the earth and shape it to reveal the object where it lies buried in the earth. When the construction touches the earth this dimension is born. Hello, I´m just a woman, I´m just a gardener. Could you see me?
  • La frase del título pertenece a Juan Domingo Santos y está publicada en uno de los números que El Croquis ha dedicado a Álvaro Siza. La referencia se la debo a mi amiga Madeleine
  • La acuarela es un regalo de Rafael Obrero Guisado

lunes, 22 de diciembre de 2008

Caja (o casa) de herramientas

Ha sido emocionante descubrir en la intervención de Antonio González en la fachada de la sede de Vimcorsa, dentro del ciclo EL JARDÍN DE LA CASA, esas herramientas que soñamos y deseamos para esta ciudad. Colores y herramientas. Diversidad y herramientas. Argumentos, discurso y herramientas. Capacidad de acción y herramientas. Todas las ciudades cristalizándose ciudad. Hacer ciudad desde lo más íntimo. El sueño de VIMCORSA, expresado de modo inteligente y creible por su presidenta en la carta de bienvenida. Imaginar una casa de medios fue un sueño y un pecado (mortal). Pensar un espacio de confluencia, de intersecciones, integrador. Una osadía. Un lugar desde el que inventar, crear, emplear, difundir estudios y experiencias; formas efectivas de emancipación, de expresión y cultura en torno a los múltiples modos de habitar. Una temeridad. Un suicidio profesional y (casi) personal. Al menos tenemos La Esperanza de Gómez Losada y sus pinceladas sobre negro. Al menos también Antonio González. Su trabajo conforta y alivia este extraño viaje de otoño invierno. Sus colores enmarcados se me antojan una gigantesca paleta dispuesta paisaje para nuestra inspiración y disfrute. El árbol, discutidísimo árbol, también tiene allí su sitio, es difícil obviarlo. Él llegó antes y el autor lo incorpora sin aparente esfuerzo, como el hueco del alzado que parece haber sido okupado naturalmente. Al invierno, al solsticio, a la vida... por los colores. La imagen la he tomado prestada de http://cajadeconstruccion.blogspot.com/

jueves, 18 de diciembre de 2008

Bosque de pinceles

Bosque de Pinceles o el paisaje o la vida o la muerte o la abundancia o colores que son huellas o sueño botánico o deseo o la esperanza... desde la orilla del pantano (con el agua en los tobillos)
Cuando experimienté, de la mano de Miguel Gómez Losada y Manuela, El pantano de la Vida en septiembre se iluminó una imagen, una imagen que ha sido recurrente en estos extraños meses de otoño de 2008 y que ayer pude por fin comprender en la celebración de La Esperanza en la Galería Carmen del Campo, en Córdoba. La imagen era sin duda un universo sumergido, una escena de La noche del Cazador de Charles Laughton, que se me reveló anoche como paisaje construido en colores inaccesibles, los colores que se volaron con el último hilillo de vida de la mujer asesinada por Robert Mitchum. Los colores que fueron en ese paisaje muerto, yermo, de la escena de la película se me han venido a instalar en el cuadro de Miguel, alumbrándome así un retorno a la esperanza.
Juan de Arellano y su minuciosa y estética comprensión de la funcionalidad botánica de las flores se me hace visible también tras algunos cuadros de Gómez Losada. Especialmente en aquellos en los que ha optado por un fondo negro, profundísimo, abigarrado de símbolos y poesía. Comprender la botánica por el rastro abandonado tras una ráfaga de viento es un juego divertido, inocente e íntimo. Saber qué flores blancas, cuáles rojas, de dónde procede el viento, por dónde se oculta el sol, descubrir la vida, en fin, agazapada en la sombra dispuesta a asaltar tu corazón en cualquier recodo de este bosque de pinceles.