jueves, 16 de diciembre de 2010

decir sostenible

El reconocimiento del adjetivo “sostenible” ha crecido exponencialmente desde que se asociara al término “desarrollo” en el Informe “Nuestro futuro común” dirigido en 1984 por la doctora noruega Grö Harlem Brundtland para Naciones Unidas. Sin embargo, el uso cotidiano del término no parece implicar un conocimiento profundo de su significado. De hecho, un uso indiscriminado puede llegar a vaciar de contenido el término del que deriva: la sostenibilidad. Una palabra “mundo” que engloba toda una forma de vida, individual y colectiva, y que pretende una economía del equilibrio, una democracia de la tierra.

En 1984, con el apoyo político de la mayoría de los países occidentales, se estableció que “desarrollo sostenible” sería aquel que satisfaciendo las necesidades del presente no comprometiese las necesidades de futuras generaciones. La proliferación del término que tanto nos desconcierta, aplicado a casi cualquier categoría social procede de este informe. Ya saben, cultura sostenible, economía sostenible, educación sostenible, ciudad sostenible… y, me pregunto, ¿Qué queremos sostener?

Mi respuesta ideal es vida, la capacidad de vivir y convivir dignamente, entre humanos y no humanos. La Vida, con mayúsculas, que afecta a nuestra organización social y a la organización de la naturaleza. Entonces ¿Es posible una ciudad sostenible? Creo que sólo si genera futuro, no sólo respuestas inmediatas. El futuro está ahí delante, listo para ser ideado, pensado, reflexionado y construido. El futuro no se improvisa, no sobreviene, el futuro comienza aquí, ahora. Parece necesario subirse a una gran montaña para poder avistar, desde una buena altura, no tanto cómo será el futuro sino cómo tendremos que construirlo para sostener la vida digna. Considero que actualmente sólo dos grandes y sabias montañas pueden ayudarnos en la tarea de construir ese futuro: el feminismo y la ecología. Dos corrientes de pensamiento y acción vivas y transparentes.

Combinando estas dos filosofías políticas nace EQUO. Una fundación que pretende un espacio de pensamiento para la ecología política que viene del futuro, no del pasado. Un futuro esperando a ser vivido dignamente.

Columna para HoyxHoy Córdoba. Cadena SER.