miércoles, 11 de julio de 2012

está ocurriendo ahora



Cuando Martha Nussbaum analiza las causas de exclusión de un sistema básico de justicia llega a la conclusión de que se trata "simplemente" de que las preguntas que se plantean al realizar el contrato social, esto es, ¿quién firma el contrato social? y ¿a quién afecta dicho contrato?; se plantean habitualmente de forma combinada. Es decir, que quienes establecen y firman el contrato, lo hacen para sí mismos, sin tener en cuenta a las minorías a las que afecta.

Buscando el mayor bien para el mayor número (máxima del utilitarismo económico dominante), dejan fuera a quienes no tienen derecho al voto, a quienes no cotizan, a quienes la miseria priva de la capacidad para escapar de la ignorancia: migrantes, gitanos, madres y cuidadoras, niños, niñas, pobres, discapacitados... Cuando las instituciones entran en barrena, como está ocurriendo ahora en España, las minorías se van ensanchando y pronto alcanzarán a esa mayoría que, en teoría, era beneficiaria del contrato.

Nussbaum propone que estas cuestiones se resuelvan de forma independiente: ¿Quién firma el contrato? Sí, de acuerdo, políticos, empresarios, banqueros, funcionarios, trabajadores por cuenta ajena con un contrato digno; pero la respuesta a la segunda cuestión (¿A quién afecta dicho contrato?); no puede ser la misma, la respuesta tiene que ser necesariamente incluyente, suficientemente flexible, mínimamente decente.

Está ocurriendo ahora, mirábamos hacia delante pensando que era posible una sociedad mejor, y nos están construyendo una nueva sociedad sobre odres viejos, odres clasistas, casi feudales, una sociedad miserable, ignorante, que la basura asfixiará en su propio hedor mientras los que se arrogan la titularidad del contrato disfrutan de unos privilegios basados en el engaño, la mentira, el robo o, simplemente, la razón de nacimiento.