Sonia
Delaunay
Contrastes
simultáneos, 1913.
Colección
Museo Thyssen-Bornemisza
Óleo
sobre lienzo. 46 x 55 cm
Tomo el nombre para esta serie de reseñas, que serán dobles o triples, del proyecto que Sonia y Robert Delaunay desarrollaron durante su estancia en la península ibérica entre 1914 y 1921 (Barcelona, Madrid, Lisboa) y que Sonia denominó en sus diarios “las grandes vacaciones” pero que en la historia del arte se conoce como “simultaneismo”. La lucha que ambos mantuvieron para lograr ese “lenguaje simultáneo del color” fue un empeño que devino después en una corriente que exploró lo que podía dar de sí la experiencia simultánea de la luz.
Descubrí el trabajo conjunto
de los Delaunay gracias a la exposición de 2002 organizada por el Museo Thyssen:
Tras un detallado estudio de las teorías del color, Robert Delaunay llegó a
la conclusión de que la fuerza y la paradójica realidad de la luz – su
ubicuidad, su energía infinita y su inmaterialidad – sólo se podía representar
pictóricamente a través del color. El propio artista denominó a su método de
representación de la luz a través del color con el nombre de Simultaneismo.[1]
Desgraciadamente no compré el catálogo, pero sí un
librito de Pascal Rousseau. En él leo cómo de ambicioso era el proyecto de una
exposición internacional simultanista en la galería Dalmau de Barcelona,
prevista para abril de 1917, y cómo la pretensión de los Delaunay no fue
generar un -ismo más, una nueva escuela, sino crear una “verdadera dinámica
creativa marcada por diferentes manifestaciones de acontecimientos”. [2]
El poeta Blaise Cendrars escribió un manifiesto sobre los “Contrastes simultáneos” en 1914 que venía a establecer la ambición del proyecto. Cendrars ya había experimentado el alcance de estos “contrastes” en “La Prosa del transiberiano y de la pequeña Jehanne de Francia” (Prose du Transsibérien et de la petite Jeanne de France) un poema de dos metros de altura en su edición original, ilustrado con colores simultáneos por Sonia Delaunay en 1913.
Recuerdo un chico
que me gustaba mucho en mis 17. Era algo mayor que yo, seguramente
no mucho, pero entonces esos años parecían un mundo. Nunca podré olvidar el
momento en el que me dijo: “desconfío de la gente que lee más de un libro a la vez”.
Palidecí por dentro al entender que no habría futuro posible para nosotros. Ya entonces se me acumulaban en la mesa
no dos, sino cinco, siete, diez libros que leía “simultáneamente” haciendo un
ejercicio que no he abandonado desde entonces: establecer relaciones de ideas,
puentes, entre realidades, entre géneros, entre formas de mirar, de analizar,
de criticar los mundos que se generan de forma simultánea en todo lo que leo, escucho, veo, y admiro.
[1] Robert y Sonia Delaunay (1905-1941). Exposición temporal. Del 9 de octubre
de 2002 al 12 de enero de 2003. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza: https://www.museothyssen.org/exposiciones/robert-sonia-delaunay-1905-1941.
[2] Rousseau, Pascal (1995). La aventura simultánea. Sonia y Robert Delaunay en Barcelona. Barcelona, Publicacions Universitat de Barcelona, p. 32.