sábado, 31 de marzo de 2018
Libri fulgurales: el laberinto junto al mar.
martes, 20 de marzo de 2018
Cambridge Analytica Files: quién es quién.
Para lograr la máxima efectividad de los algoritmos de Wylie necesitaban muchos más datos de los que jamás se lograrán obtener a través de las encuestas con las que han trabajado los partidos políticos hasta ahora. Entonces encontraron a Aleksandr Kogan, de origen ruso, aunque ciudadano estadounidense desde los 7 años. Kogan estudió en la universidad de California, Berkeley, y obtuvo su doctorado en la Universidad de Hong Kong. Llegó a la universidad Cambridge como profesor de psicología y experto en psicometría de redes sociales. Y así sigue figurando en Google Scholar, la división académica del buscador.
Habituado a trabajar con los datos suministrados por las redes sociales para realizar investigaciones científicas, no le fue difícil conseguir incorporar a Facebook la app, diseñada por él mismo, ThisIsYourDigitalLife y gestionada a través de su empresa Global Science Research (GSR), creada específicamente para poder colaborar con Cambridge Analytica desde el mismo campus de Cambridge. Miles de usuarios de Facebook obtuvieron una compensación económica por realizar esta “prueba de personalidad”, aceptando que los datos recopilados fuesen empleados para un uso académico. Sin embargo, la aplicación también recopiló la información de los amigos de Facebook de los candidatos, lo que llevó a la acumulación de datos de decenas de millones de personas, cerca de cincuenta millones de perfiles fueron utilizados para entrenar los algoritmos sociales ideados por Wylie. Esto permitió realizar una selección sistemática de votantes en las elecciones presidenciales de EE. UU. (microtargetting) quienes recibieron de forma personalizada noticias falsas, noticias tergiversadas, noticias sobre aquello que ellos querían escuchar y que reforzaban sus filias, sus miedos y sus fobias. Una auténtica “guerra de información psicológica”.
lunes, 9 de octubre de 2017
No despertéis jamás a la serpiente
sábado, 5 de julio de 2014
¿Somos gente decente?
La gente somos, por lo general, gente decente. Pagamos nuestros impuestos, atendemos nuestras deudas y cumplimos las leyes y normas cívicas que nos hemos dado. Por eso esperamos que nuestro país esté, al menos, a nuestra altura, gobernado por gente decente que sea capaz de conducir la economía, la justicia y la política hacia condiciones cada vez mejores para nosotr@s, para la gente.
Tenemos además necesidades perentorias, como comer, beber y disfrutar de tiempo de descanso. Por eso valoramos tanto un trabajo decente que nos permita llenar la nevera con alimentos saludables para nuestra prole, calentar la casa en invierno o poder conectar el ventilador en verano; o tener ciertas garantías de que no seremos expulsados de nuestra casa y condenados, al mismo tiempo, a mantener la deuda con el banco que nos concedió una hipoteca, si es que se dan las circunstancias, siempre dramáticas, en las que no dispongamos de suficientes recursos para atender el recibo. También esperamos de nuestro país la cobertura sanitaria universal que hemos ido construyendo entre tod@s con tanto esfuerzo, el trabajo de nuestros abuel@s, nuestros padres y madres, el nuestro mismo y el de nuestros hij@s. La sanidad, como la educación, es nuestra, de la gente. Es un bien público, una construcción común, un derecho pero también una responsabilidad y un compromiso. Son cosas simples las que permiten llevar una vida decente.
viernes, 23 de mayo de 2014
¿Investigas o trabajas?
jueves, 18 de abril de 2013
Patios de Córdoba y genius loci
Es imposible medir el genius loci. Por eso quienes reclaman medidas "objetivas" para valorar los patios de Córdoba andan desencaminados. El "genio del lugar", el "espíritu", el "duende", es una emoción, un pellizco, una experiencia individual intransferible, una intuición. Sólo algunos patios de Córdoba transmiten parte de esta energía revitalizadora, muy ligada a la "autenticidad", a la "sinceridad", al "centro emocional fuerte" que se precisa para "crear" y "compartir".
El patio de Virginia Molina, que cuida y vive con tanto mimo y esmero toda su familia, forma parte de ese reducido y precioso grupo de "auténticos". A estos patios deberían dirigirse esencialmente los mimos y cuidados institucionales, pues en ellos reside la esperanza para la preservación de la fiesta.
Otros han elegido la senda de la mercantilización de un decorado. Y esto es inevitable, siempre lo ha sido en casos sensibles como este, cuando el turismo de números gordos y contundentes comienza a ser considerado como imprescindible fuente de financiación. No es triste, es la realidad. Por eso mantengo que los esfuerzos deben orientarse hacia la preservación y el cuidado de iniciativas que mantengan vivo el "genio del lugar", que puede cambiar, mutar y virar su "representación" en el tiempo, pero mantiene siempre su potente capacidad evocadora.
martes, 19 de febrero de 2013
A vueltas con la empatía
lunes, 28 de enero de 2013
Posteconomía
lunes, 10 de diciembre de 2012
Ser turista en Córdoba
miércoles, 11 de julio de 2012
está ocurriendo ahora
lunes, 12 de marzo de 2012
Las Constituyentes

Asunción Cruañes Molina, Belén Landáburu, Soledad Becerril, Dolors Calvet Puig, Ana María Ruiz Tagle, Esther Tellado Alfonso, Nona Inés Vilariño Salgado, María Dolores Pelayo Duque, Carlota Bustelo, Virtudes Castro García, María Izquierdo Rojo, Rosina Lajo Pérez, Amalia Miranzo Martínez, Mercedes Moll de Miguel...
Son 14 de las 27 mujeres, diputadas y senadoras, que participaron en la primera legislatura de la actual democracia española, que se inició en 1977. Son “las constituyentes” porque trabajaron en la redacción de enmiendas, en la discusión, negociación y aprobación de cada uno de los artículos de la Constitución española.
Oliva Acosta, directora y productora, las ha reunido junto a otras políticas en activo en un documental vibrante, en un círculo que alimenta la conversación y el intercambio de impresiones y experiencias, de ayer y de hoy, y en el que los colores de los partidos quedan mágicamente suspendidos. “Las Constituyentes” está cosechando tantos premios como admiración y respeto por quienes hemos tenido la suerte de visionarla en presencia de su directora. Aplaudimos a Oliva Acosta, a su magnífico equipo, del que queremos resaltar el trabajo de Mª Luz Domínguez, montadora y Alicia Alemán, compositora, y también aplaudimos a estas mujeres hasta ahora invisibles, valientes, tan sabias, tan conscientes de sí mismas y de su labor en el congreso en cuanto mujeres. Su solidaridad y empatía, su cariño.
No dejen de verla, búsquenla, su voz, sus caras, sus manos, son un testimonio fundamental para comprender nuestra historia. La historia reciente de España también tiene madres y están aquí: www.lasconstituyentes.com
lunes, 5 de marzo de 2012
Intervenciones, guerras y el dilema de las manos sucias
Esta reflexión fue realizada en junio de 2011, a propósito de la intervención en Libia. Vuelve a estar vigente, ahora por Siria, pero en este caso por la "no intervención". Se trataba de una reflexión en torno al problema de "manos sucias" o "dilema moral": "Me encontré entonces ante un dilema moral, es decir, ante una situación que me obligaba a posicionarme a sabiendas de que debía escoger entre dos formas de actuar que eran incorrectas desde el punto de vista ético. Oponerse a la aplicación de la resolución, un planteamiento “pacifista” de oposición a cualquier uso de la violencia para la resolución de conflictos parecía en este caso insuficiente para evitar una masacre y apoyar la resolución suponía dar carta de legalidad a una intervención militar". Hoy, sigo considerando a la ONU única fuente de legalidad internacional. Por eso la guerra de Libia es legal, según el derecho internacional, legítima, según los principios de la solidaridad humanitaria. También plantea problemas, por supuesto, porque los estados que capitanean la intervención (Estados Unidos, Francia, Reino Unido, OTAN) son los “sospechosos habituales”, como les denomina Ignacio Ramonet, implicados en intervenciones unilaterales que les impiden tener la mínima credibilidad. Texto completo aquí
jueves, 1 de marzo de 2012
Das sind die Gärten an die ich glaube:
sábado, 5 de febrero de 2011
¿Qué es el arte público?
sábado, 29 de enero de 2011
decir paisaje

Comprender nuestros paisajes urbanos siempre estará en función de nuestra atención y nuestra atención depende en gran parte de la velocidad que imprimimos a nuestra vida cotidiana y a nuestro trabajo. Cuando ponemos “velocidad” sobre la mesa suelen aparecer también otras palabras: simplificación, homogenización, previsibilidad, banalización… La importancia del diseño en los paisajes urbanos tiene que ver con nuestra cultura de comunicación. Si consideramos que la cultura es una renuncia a las soluciones veloces y rudimentarias podríamos considerar que nuestra “cultura de comunicación” tiene mucho que ver con nuestra capacidad de entrelazar y enlazar mundos, una visión amplia que nos permite trascender las soluciones “ingeniosas” para llegar a soluciones “bellas, útiles y comprensibles”.
La capacidad comunicativa del paisaje urbano está fuertemente relacionada con la capacidad del emisor, quien diseña, y del receptor, quien mira, observa, pasea, vive…
El paisaje urbano es un sistema orgánico complejo. Esto significa que está conformado por múltiples relaciones raramente comprensibles en un primer golpe de vista. Una actuación que aspire a ser reconocida y valorada no puede abordar el espacio como si se tratase de un lienzo en blanco. Precisa cierta dosis de responsabilidad y respeto hacia el lugar a tratar y, esencialmente, hacia las personas que harán uso de ese espacio. La transformación y disfrute de los espacios públicos de la ciudad puede programarse siguiendo tácticas más o menos contrastadas pero finalmente serán personas quienes doten de significado, culturizándolo, a todo lo construido, reconstruido, restaurado y/o rehabilitado en la ciudad.
La asociación FUTURA ha programado para el próximo día 2 de febrero de 2011, en la facultad de filosofía y letras, una mesa redonda en la que se abordará desde la perspectiva de la geografía y la arquitectura el paisaje urbano fluvial en el entorno monumental de Córdoba. Un encuentro que pretende facilitar, precisamente, esa información y comunicación por la que abogamos.
Columna HoyxHoy Córdoba (SER)
domingo, 9 de enero de 2011
construir la vida
La participación de las mujeres en la construcción de la vida cotidiana no es un asunto precisamente novedoso; las mujeres hemos sido parte fundamental en el devenir histórico de nuestros pueblos y ciudades aunque nuestros saberes y nuestra forma de hacer hayan sido silenciados e invisibilizados durante siglos. Esta “mala práctica” se ha basado en una creencia que pretendía, y pretende aún en muchas ocasiones, atribuir al punto de vista masculino una neutralidad y universalidad que se ha visto una y otra vez superada desde que Olimpia de Gouges redactara en 1791 la Declaración de la Mujer y la Ciudadana.
Cuando las mujeres pensamos la ciudad y el territorio adoptamos un compromiso ético con el conjunto de la ciudadanía y aplicamos premisas basadas en nuestra propia experiencia de la ciudad y en nuestros conocimientos técnicos. Combinar la técnica y la vida podría bien resumir nuestra forma de hacer las cosas. Esta nueva forma puede y debe atender a las nuevas realidades, tomar conciencia de la necesidad de contribuir activamente a la fundación de un nuevo paradigma económico y social que se fundamente en la democracia, la equidad, la justicia y la paridad.
sábado, 8 de enero de 2011
vida cotidiana

Vida cotidiana. Vida mezclada, no fragmentada, en la que todo influye sobre todo. Vida que obliga a mirarse en el espejo cada día y reconocerse. Reconocerse como un yo específico y capaz de un juicio global, de una política. Política de lo común, de lo que tenemos entre manos.
Nuestro paisaje, nuestros ríos, nuestra ciudad, nuestra tierra. Al fin y al cabo son todas esas “pequeñas” cosas las que nos procuran cobijo, aire para respirar, cultura donde asirnos, espacios donde encontrarnos, donde crecer, amar y morir. Hemos ido perdiendo el control sobre nuestra tierra al tiempo que perdíamos el control sobre nuestras propias vidas. Recuperar el control quizá requiera comenzar por mirar alrededor y echar cuentas sobre nuestras posibilidades.
En 1911 Virginia Woolf aseguraba que algo había cambiado ya para siempre. “No ha sido un cambio repentino y definido épicamente pero un cambio en cualquier caso. Todas las relaciones humanas han variado: entre amos y sirvientes, entre maridos y mujeres, entre padres e hijos. Y cuando cambian las relaciones humanas hay un cambio al mismo tiempo en religión, en conducta, en política, en literatura”. También para Walter Benjamin la vida urbana implica una transformación antropológica profunda. “La ciudad no es un paisaje más de la industrialización, ni siquiera su escenario privilegiado, sino un vector esencial de la experiencia moderna, de sus dramas, pero también de las posibilidades de emancipación que ofrece”.
Es decir que son los cambios en las relaciones sociales los que hacen revoluciones.
Ahora sabemos que algo cambió allá por 2001, sin imágenes épicas que recojan ese momento, fue entonces cuando Internet se incorporó definitivamente a nuestra vida cotidiana, globalizando irreversiblemente el mundo. Así, ahora que eso que llaman “crisis” nos desplaza poco a poco de una realidad que considerábamos ganada legítimamente, contamos con esa herramienta de uso global que está culminando el proceso de educación universal iniciado hace más de cien años y que nos permitió aprender a leer, escribir y pensar de forma crítica. Afrontar el futuro con determinación es cuestión de reconocimiento en lo personal y en lo colectivo. Cuestión de confianza en la fuerza de nuestra energía cotidiana en red.
Columna HoyxHoy Córdoba. Cadena SER
La imagen es portada de "Un cuarto propio conectado" de Remedios Zafra (2010)
jueves, 16 de diciembre de 2010
decir sostenible

El reconocimiento del adjetivo “sostenible” ha crecido exponencialmente desde que se asociara al término “desarrollo” en el Informe “Nuestro futuro común” dirigido en 1984 por la doctora noruega Grö Harlem Brundtland para Naciones Unidas. Sin embargo, el uso cotidiano del término no parece implicar un conocimiento profundo de su significado. De hecho, un uso indiscriminado puede llegar a vaciar de contenido el término del que deriva: la sostenibilidad. Una palabra “mundo” que engloba toda una forma de vida, individual y colectiva, y que pretende una economía del equilibrio, una democracia de la tierra.
En 1984, con el apoyo político de la mayoría de los países occidentales, se estableció que “desarrollo sostenible” sería aquel que satisfaciendo las necesidades del presente no comprometiese las necesidades de futuras generaciones. La proliferación del término que tanto nos desconcierta, aplicado a casi cualquier categoría social procede de este informe. Ya saben, cultura sostenible, economía sostenible, educación sostenible, ciudad sostenible… y, me pregunto, ¿Qué queremos sostener?
Mi respuesta ideal es vida, la capacidad de vivir y convivir dignamente, entre humanos y no humanos. La Vida, con mayúsculas, que afecta a nuestra organización social y a la organización de la naturaleza. Entonces ¿Es posible una ciudad sostenible? Creo que sólo si genera futuro, no sólo respuestas inmediatas. El futuro está ahí delante, listo para ser ideado, pensado, reflexionado y construido. El futuro no se improvisa, no sobreviene, el futuro comienza aquí, ahora. Parece necesario subirse a una gran montaña para poder avistar, desde una buena altura, no tanto cómo será el futuro sino cómo tendremos que construirlo para sostener la vida digna. Considero que actualmente sólo dos grandes y sabias montañas pueden ayudarnos en la tarea de construir ese futuro: el feminismo y la ecología. Dos corrientes de pensamiento y acción vivas y transparentes.
Combinando estas dos filosofías políticas nace EQUO. Una fundación que pretende un espacio de pensamiento para la ecología política que viene del futuro, no del pasado. Un futuro esperando a ser vivido dignamente.
Columna para HoyxHoy Córdoba. Cadena SER.
sábado, 27 de noviembre de 2010
Eso que llamamos sociedad no existe

De Blog en Blog, a propósito de una entrada del Área de Filosofía Moral de la UCO: http://area-filosofia-moral-uco.blogspot.com/2010/10/la-ultima-cabecera-opening-de-los.html
Son palabras de Margaret Thatcher, Primera Ministra del Reino Unido entre 1979 y 1990, inspiradas en “La constitución de la libertad” de Friedrich von Hayek. El mundo ideal para este economista contemporáneo de Keynes no es una sociedad en la que las personas tienen intereses y metas comunes y buscan, por medio de las instituciones, alcanzar el bien común, sino como un grupo disperso de individuos que eligen aquello que consideran mejor para sí mismos sin estar sometidos a más marco preceptivo que un pequeño conjunto de acciones legalmente prohibidas, lo que se denomina “derecho negativo”. Adam Smith es considerado el primero en expresar esta idea en “La riqueza de las naciones”.
En “El pensamiento secuestrado” (2007) Susan George estudia el clima político, intelectual y cultural que hizo posible la denominada “guerra contra el terror” impulsada por Bush y Cheeney. Según esta autora existe un movimiento “hacia la derecha” de la cultura estadounidense, probablemente iniciado en los años ´70 o quizá antes, que ha conseguido que independientemente de quien gobierne, el centro de gravedad de lo político se sitúe en lo que se ha dado en llamar “neoliberalismo” y “neoconservadurismo”. Es una cultura política basada en engaños, en lo que ella denomina “mentir como estilo de vida”, que conlleva inevitablemente la degradación de la política.
“¿Cómo ha ocurrido esto? ¿Cómo es que han bastado sólo unas décadas para que los ideales estadounidenses, expresados en algunos de los documentos políticos más inspiradores que se han escrito, estén pisoteados en el fango? ¿Cómo puede el país cuyo primer acto independiente fue declarar que todos los hombres han sido creados iguales ser ahora una de las sociedades más desiguales del planeta?” Para Susan George la batalla por ganar la hegemonía ideológica ha sido principalmente cultural y la estrategia desarrollada por la extrema derecha estadounidense para conseguirlo ha sido plenamente rentable.
Manuel Castells también aborda este problema vital para quienes sí creemos en la sociedad en “Comunicación y poder” (2010) en el capítulo denominado “Programando las redes de comunicación” expone la influencia de los think tanks en el enfoque de la “nueva derecha”. Tras la dimisión de Nixon por el asunto Watergate una pequeña élite de estrategas republicanos decidió que era el momento de llevar a la política los conocimientos académicos y la experiencia profesional que favoreciese sus intereses económicos, políticos y culturales. Es significativo que de los 187 think tanks contabilizados en el año 2005 en 117 de ellos predominase la ideología conservadora. Un ejemplo actual es la incorporación de José María Aznar a la presidencia de una organización de este tipo denominada Global Adaptation Institute, cuyo objetivo es convertirse en una voz "pragmática" en el debate público sobre el cambio climático: http://www.publico.es/ciencias/342147/aznar-presidente-de-un-consejo-sobre-cambio-climatico.
Parece por tanto que esta estrategia de la Fox podría enmarcarse en esta tendencia de aletargamiento cultural, dado que para ellos cultura y política son inseparables, en el que la censura ha dejado de ser necesaria. Tras décadas en las que la televisión ha sido fuente de todas las noticias de la mayoría de los estadounidenses la cabecera de los Simpson no hace sino emplear y difundir una noticia que no podrá ser nunca ya noticia. Quema, agota el argumento reivindicativo de Banksy (http://www.banksy.co.uk/) transformándolo en irrealidad. Sería el camino inverso al trazado con los realities, donde las noticias “reales” han sido sistemáticamente suplantadas con noticias triviales.
Ni Europa, ni España, son aún Estados Unidos. Creo que aún tenemos capacidad de maniobra o al menos alguna responsabilidad en evitar este “deslizamiento radical de la cultura”. Tanto Susan George como Manuel Castells lamentan la pereza intelectual del pensamiento progresista para contrarrestar esta hegemonía cultural de la que tan fácilmente detectamos los síntomas pero de la que parece muy difícil escapar. Tendremos que ponernos a la tarea o “Vendrá la realidad y nos encontrará dormidos”. Un título de Santiago Alba Rico publicado también en 2007.
jueves, 25 de noviembre de 2010
sobre violencias y derechos de las mujeres en las ciudades

La ciudad, la polis, nos conforma como personas políticas en tanto que actuamos por un interés común. Etimológicamente “interés” procede de inter-esse, el espacio que existe entre tú y yo. El espacio público es entonces espacio “intersección” de asuntos comunes. El espacio político se construye a partir de ese espacio común de intereses mediante la lexis y la praxis, el diálogo y la acción.
Hablar de ciudades es hablar esencialmente de espacio público, de espacio de representación, de espacio político. Es el lugar donde suceden las cosas y el lugar que potencia nuestras capacidades ciudadanas de relación con el entorno social y natural. Es el lugar privilegiado para el desarrollo y visibilización de las capacidades políticas, también para las mujeres. Abordar las formas de violencia hacia las mujeres en el espacio urbano pretende poner sobre la mesa nuestras preocupaciones espaciales, de relación con el espacio, con la escala de planificación y la percepción individual, en tanto que mujeres, de las políticas de organización y gestión de las ciudades.
La violencia en las ciudades mantiene aún un sesgo mayoritariamente masculino, en tanto que sujeto y objeto de dicha violencia; sin embargo es la percepción de ésta, en tanto que generadora de miedos, lo que limita la vida de las mujeres, y no la de los hombres, en los espacios públicos y supone un detrimento importante de sus derechos fundamentales. El más importante de ellos aprobado como nuevo derecho humano en la Convención de Belém do Pará en 1994 es "el derecho de las mujeres a vivir una vida libre de violencia".
La violencia que percibimos las mujeres en las ciudades nos hace sentir vulnerables, inseguras, sabedoras de la presencia de peligros que acechan nuestra integridad física y psíquica. Es el miedo a ser asaltada, a ser agredida sexualmente, a ser acosada verbalmente o físicamente. Miedos ante los que las mujeres hemos desarrollado un principio de precaución que nos lleva a “evitar” el peligro limitando nuestra presencia en el espacio público.
Un vídeo realizado por el colectivo canadiense "Madres contra el cambio climático"