Periodista franco-iraní. Ha sido la única mujer corresponsal de la prensa francesa en Irán, de 1999 a 2007. Actualmente vive en Beirut, donde continúa cubriendo el Oriente Medio para los diarios Le Figaro, L`Express, Radio Francia y otros soportes de prensa francófona. Ha obtenido el Premio Abert Londres 2006 por una serie de artículos sobre Irán e Irak. En 2001 publicó “Jóvenes de Irán: las voces del cambio” ; Su segundo libro “Las muchachas de Teherán”, ha sido publicado en Francia en 2007. Una crónica sobre la vida cotidiana de las iraníes.
“EN LA PORTADA de los periódicos, Irán da miedo. Mahmoud Almadinejad persigue su carrera nuclear, desafía a los Estados Unidos y llama excluir a Israel de la carta. En mi libro “Las muchachas de Teherán” se levantan el velo descubriéndonos este país misterioso y ampliamente más complejo que los discursos bélicos de su presidente. Es cierto que bajo la mirada de la ley islámica, en vigor desde la revolución de 1979 y la instauración de la republica islámica de Irán, la mujer sólo vale la mitad que un hombre. Por lo tanto, el “segundo sexo” no tiene derecho a cantar, a salir a la calle sin pañuelo, a tener acceso a ciertas profesiones como la de jueza. Su día a día está trufado de trampas. Pero también animado por este deseo profundo de transgredir lo prohibido, de dar, cuando la ocasión se presenta, en las narices a la censura, de contonear los obstáculos, a menudo con mucho humor, elegancia y poesía. El resultado más evidente de esta lucha continua y cotidiana es que el 60% del censo universitario son mujeres. Así y contrariamente a las previsiones, las mujeres están en todas partes: en el parlamento, donde ocupan puestos de diputadas, a la cabeza de grandes empresas, al volante de sus coches… y de sus taxis. Bajo el velo las iraníes tienen las uñas perfectamente pintadas. Y atención, os dicen ellas: Teherán no es ni Riyad ni Kabul. Este es el Irán que se peor se conoce, el de su sociedad vitalista y valiente, que se bate contra un sistema político impuesto.”